28 abr 2010

Tiembla..

Complicación en la que me encuentro al intentar describir esto que a día de hoy siento y qué no sé dónde irá.
Refresca el agua de tu cuerpo la ansiada sed de mis labios, traslúcida es la tela con la que empañas mis ojos no dejándome ver más allá de ti. No me mientes jamás y jamás te mentiré. Tiemblas al decirte que te quiero, tiemblas y vuelves turbulentas las aguas del mar dónde naufragamos. Tiemblas y con tu temblor, las estrellas bailan a nuestro alrededor. Tiemblas y contigo tiembla el mundo que pasa mudo entre los dos. Los duendes salen a verte pasear y yo sigo colgando de la punta de tus pelos, viendo de lejos el abismo de tus pechos.
Navego, surcando el mar de tu pelo para naufragar en tu perfecta mirada de hada. Infinito campo de trigo son tus pupilas que llenan mi inquietud de tu paz. Mueve el viento tu pelo mientras me muero por decirte lo que mis ojos transmiten y mi boca no sabe decir, eso de que te quiero mientras nuestras lenguas luchan por poder aguantar.
Libre me haces sentir cuando  me das el aire que nace de tu interior, me siento, así como cualquier caballo que galopa por un prado verde sin parar, así me siento, libre, libre y atado a tu cintura que es la mayor de las tentaciones que se puede tener, pero de momento sigo en tus ojos, esos que en su libertad me perdí. Al igual que me haces encontrarme me haces perder mi rumbo que me lleva hacia ningún lugar para encontrarme.
Desde el mar de tus ojos salto pasando por la perfección de tu nariz, esa que es tan perfecta como tú, esa fuente de vida que es tu respirar. Al abismo y perdición de cualquier mortal que son las orillas de tus labios, las puertas hacia el paraíso que es tu boca, de dónde nacen los suspiros que mueren en mis sentidos,  de donde emana la más pura de las fuerzas de la vida, fuente de vida y luz. Eterna caverna dónde descansar en tiempos de guerra y de paz, eterna guarida dónde descansar. No te enteras que te quiero, que contigo vivo en el cielo, viendo en tu mirada toditas las estrellas del firmamento.
Cabalgan mis dedos por el valle de tu pecho, estremeciendo tus sentidos al rozar tu piel, coronando el infinito paisaje del horizonte que es tu pecho, consiguiendo apagar la luz de las estrellas que tienes en tu vientre allí dónde la muerte es más dulce que ningún paladar puede saborear.
Y puedo decir que contigo solamente quiero vivir,  que en tu pecho es dónde voy a morir, viendo como tiemblas cuando mi manos acaricien tu cuerpo, que bailarán las estrellas todas las noches que estés junto a mí. Me siento cómo un crío cuando dices que por mí te vuelves loca, cuando te miro y te beso, vuelan palomas al aire.  Y me miras, tiemblo yo y te vuelvo a mirar, sintiendo que esta vez nuestro amor es la pura verdad.
Que tiemble el mundo mientras a mi lado estés, que todo me dará igual… porque lo que quiero es tu querer.
P.D.: Sólo quiero tus dos piernas, y allí morir.

1 comentario:

Whitney dijo...

Sólo quiero que seas tu el que me haga feliz, el que me haga llorar, el que me haga el amor, el que me haga las cosas que nadie hizo por mi y que hicieron. Te quiero, eres lo que necesito.