9 ene 2011

Cualquier mísero adiós.

 Hoy  tus labios no saben a despedida ni escuecen como el alcohol en las heridas, y ni tan siquiera tu voz dibuja un paisaje en el cielo  que me escupe, ni esto es una despedida casual, ni tan siquiera tienes lágrimas de cocodrilo y aunque no vea tu cara quizás tenga esa sonrisa satírica.
 ¿Y ahora?, pues tendría la puta opción de reventar cada recuerdo con un vaso de ron,  maldecir lo que te dije o salir a correr desde la estrella hacía mi habitación, o intentar escribir las noches que pasé en vela por verte sonreír.  O quizás pueda decir que siempre fuiste un poco liberal, que los besos que das son de compraventa de una feria cualquiera…pero no soy así. O quizás sí, no sé.
Y es por mí, lo sé, por mi bien, porque no quieres verme sufrir...
Y ahora que pasa la vida por delante de mis ojos de nuevo, vuelvo a gritar que eres la culpable de robarme el mes de abril, la que vació mi corazón… y ahora me da por extrañarte, y no sé si es la sensación de vomitar, de este puto ciego que llevo, o del mono que tengo de ti. Y me siento como un pirata cuando dije que sin ti me moriría, así que ahora cierra tu ventana y tira mi corazón que esta historia para mí, por siempre se acabó.