31 ene 2010

Por eso y más...


¿Puede componerse una lágrima de tantos sentimientos?, ¿Puede nublarse eternamente el sol si no sonríes?.
Me hablas mientras perdido en tu mirada sigo, naufraga el barco de mis sentidos en la orilla del mar de tu boca. Me hablas bajito, suspiro, y me delatan estos vientos que me bebo cada vez que los pides. Perdido en el mar de tu sonrisa, contemplando la inmensa dulzura de tu mirar, atónito y prisionero de la felicidad que me das, pinta ésta caprichosa felicidad gestos en mi cara. Me hablas, y no me hallo entre tanta sabiduría, bajo mi mirada a mis manos entrelazadas y temblorosas me hablan diciéndome que te vuelva a mirar. Te miro, sigues hablando, siento celos del aire que se interpone entre tus palabras y mi boca, celos de el agua que caprichosa cae del cielo en tu pelo.
Eres el suspiro que me delata cuando te miro y no salen las palabras para decirte lo que significa este suspiro. Hablas y mientras sueño con acariciarte la cara, besarte, y no dejar nunca de mirarte. ¡Sebas!, me llamas, y despierto del letargo.
Si no siento, si no soy más que por tu persona que me devora, sigo clavado en ese rincón y me devuelve la aurora la soledad que me das. Sigue este eterno invierno en mi cama, en mi sien, invierno frío sin el calor de tu mirada que cada noche anteriormente me arropaba. Siguen invernando las letras que te debo, cada atisbo de cordura, cada principio y cada final de esta historia.
Y me convenzo mientras me hablas, de que no te quiero, de que no eres nadie en mi vida…pero me miras, y callas mi interior. Callas la cordura de esta sinrazón, haces que hable mi corazón haciéndome perder cualquier indicio de razón. No la quiero, no quiero razón, no quiero pensar, quiero vivir mi momento junto a ti, quiero atesorar cada perfume que me regalas, cada gesto, cada mirada perdida que me das, cada silencio que se interpone entre nuestros labios, para así luego poderte recordar.
Sigo siendo paria patriota de la bandera de tus manos, manos de fe, esperanza y honestidad. Sigo siendo vagabundo en la calle de tus sueños sin quererlas caminar. Sigo siendo marinero sin mar, camino sin tierra, historias sin final. Sigo estando loco cuando no me quieres mirar, cuerdo si me miras y muerto si tú no estás.
Despiertas la primavera de mi cama, sol en mi ventana, los pájaros en las ramas verdes del árbol, despiertas componiendo sin quererlo música celestial, himno del patriota de tu verdad. Eres cómo todo eso que te escribí, sencilla, perfecta, bonita, cordura de mi demencia, orden de mi caos, eres mi única luna en el mar, sangre que a mi corazón hace palpitar, calma de ésta inquietud, rosa perfecta de mayo, agua cristalina juguetona en mi mar, nieve en el desierto, azúcar en la sal, dulzura en mi amargor…Eres dueña de mi pensamiento que sin ti no se va. Y por eso te quiero… por eso y nada más.

22 ene 2010

SOLIDARIDAD.


El ser humano puede llegar a ser una raza repudiable, capaz de realizar las peores acciones para hundir a otros seres humanos, pero a la vez, en las situaciones más críticas, cuando nadie espera nada del ser humano es cuando mostramos nuestra mejor cara.
A veces, aunque creamos que este mundo se dirige hacia su propia destrucción, no es así. Siempre existen personas con conciencia solidaria, capaz de entregar una pequeña parte de su vida para aliviar las vidas de los que menos tienen, o más lo necesitan.
En este caso, como la catástrofe de Haití, se ven a esas personas, que entregan su trabajo sin ánimo más que aquél de salvar una vida, de ayudar a esos que en estos momentos más lo necesitan, de entregar incluso a veces su vida.
Esto me alivia, me alivia ver cómo aunque seamos los seres humanos los que nos encargamos de destruir poco a poco nuestro planeta, siempre hay personas gustosas de entregarse para reconstruirlo. Me alivia y me llena de esperanza, y de volver a creer en las ideas y en las personas.
¿os parece pequeña la recompensa de ver a un niño sonreír?
Porqué todo el mundo aprende de sus errores, para no volver a cometerlos nunca más.

2 ene 2010

Llaves...

Sigo aquí refugiado en mitad de la tempestad de tu mirada. Sigo bajo la lluvia fina de tu sonrisa que cala mi alma, perturbando cada pensamiento de inquietud que me das sin pensarlo.
No me mires, es lo que te pido, porque me matas, porque tu mirada se introduce tan dentro de mí que nada ni nadie lo puede sacar. Recorres mi interior explorando los más ocultos sentimientos y los haces florecer. Es tu mirada, la dulce droga adictiva de la que no quiero desengancharme. Es tu mirar la eterna primavera en cualquier despertar, flores silvestres del campo, agua saltarina del arroyo de tu pensar. Es luz en la infinita oscuridad, es la sentencia del recluso que te quiso soñar, es dulce condena de mi mente sin ser ni estar.
No me mires que me matas, me clavas los luceros que tienes en la cara desbordando el río que es mi soledad, no me mires que desbocas mis sentidos si no te puedo tocar, no me mires por mirar, mírame para amarme sin miedo nunca a mirar atrás. No me mires para apagar esta dulce sonrisa que me sale con tu mirar, no me mires por ocultar los destinos a los que la vida nos quiera llevar. No me mires sin mirar, mírame para enseñarme cómo se hace camino al andar.
Déjame pensar, soñar e incluso tal vez, volar. Déjame inútilmente, déjame pensar, que te quiero en mi vida sin que se termine este final, déjame correr sin destino para en tu cuerpo poder parar, déjame caerme para que tan sólo tú me puedas levantar, déjame, volar si puedo para robar las estrellas de tu cielo que alumbran en la infinidad. Déjame tenerte cerca para no olvidar, déjame dónde me quieras dejar, que sin ti a mi lado no quiero andar.
Tírame besos de miel desde tu ventana, cuando el crepúsculo gane la batalla al día, tírame cada uno de tus pensamientos que quieras olvidar, que yo con mi espada acuñada de versos te prometo destrozar, tírame tu sonrisa y déjame coquetear, que juntitos de la mano, yo, no tengo miedo a saltar.