4 oct 2009

La luna está llena...

El sol de medianoche entró por mi ventana.
Creí, iluso de mí, que podría llenar tu habitación con estrellas infinitas, creí que la luz de tu mirada me acompañaría eternamente, creí que la estela que desprendías era fruto de tu sabiduría, de esa carrera en la que estás doctorada, esa carrera de la vida.
Sinceramente, no me importa reconocer que estuve completamente “colgando en tus manos”, pero al igual que dicha canción, esa pasión duró tan sólo un verano. Un verano que se convirtió en una primavera llena de colores que inundaron mi corazón, y que comenzó en el mismo momento que me miraste.
No era mi mejor momento cuando me conociste, la verdad, no tenía rumbo ni timón, ni barco ni bandera, estaba a punto de naufragar, pero con tu simple sonrisa me salvaste.
Por mi lado, viví grandes momentos a tu lado, en los que parecía que el reloj no tenía sentido si no soy capaz de pararlo, porque no me importaba que fuera de día o de noche, si amanecía o anochecía, porqué tú siempre conseguías tintar el cielo de color rosado. Momentos en los que maldecía el tiempo, a mí nunca me importó el tiempo pero desde que te conocí, no hay día que no deje de enfadarme con él, porque soy esclavo de cada milésima de segundo que no estás a mi lado, de cada segundo que no te veo, de cada minuto que no te siento, de cada hora que no sé de ti, de cada día que pasa y sigues sin estar aquí.
Puede ser que el futuro esté lleno de éxitos, de grandezas…pero aunque esté lleno de desesperanzas, desilusiones, yo tienes que tener seguro que estaré ahí. Porque ahora mismo no es nuestro mejor momento, y quizás los dos necesitemos un tiempo para pensar en todo lo que ha pasado, pero son pocos días y ya tengo ganas de volver. Tengo ganas de endulzar tu vida con piruletas, tengo ganas de mirarte sin que sepas que te miro y cuando me descubras te rías, tengo ganas de enfadarme para volvernos a reconciliar.
Quizás el presente se esté acabando y sea el futuro lo que se está abriendo paso poco a poco en nuestras vidas, para escribir con letras doradas en el libro de la vida cada una de nuestras hazañas, cada una de nuestras historias… cada segundo que pase a tu lado quedará perpetuamente en mi corazón, cómo esa sonrisa confidente que algún día me diste.

No hay comentarios: