7 oct 2009

Así andamos por la vida...

Como trocitos de unos papeles rotos que vuelan por el aire, así terminó todo.
Terminó la más hermosa historia de amor que nunca nadie escribió, yo lo intenté pero no lo conseguí, mis palabras no completaron tu alma.
Abrí las ventanas de mi habitación, y todos los papeles que te escribí los lancé al viento, en el vaivén de las hojas me recordaron las alas de esos pajarillos que un día se posaron en tu pelo para coronarte de estrellas. Quemé todas tus fotos, y esa belleza que te distinguía no era ahora más que cenizas polvorientas que estaban en la chimenea.
Apoyé mi espalda en la esquina de mi habitación y maldije gritando a la luna, por tanto entregado, porque me pediste la luna y te la traje coronada de estrellas, porque me pediste una flor y te traje un jardín, me pediste agua y te llevé al océano, me pediste una sonrisa y desde aquel momento sólo hice sonreír, me pediste tiempo y atado a las manecillas del reloj me viste atado, me pediste libertad y sigues corriendo libre por la vida.
Ahora las lágrimas recorren mis mejillas, cómo dos gotas de agua cristalina recorren mi cara y su sabor amargo me recuerda a cada uno de tus besos. Mal, no sé cómo se hace para salir de aquí, no sé cómo volver a volar con unas alas rotas, pero lo conseguiré.
Empezaré a mirar las cosas que tú me impediste ver, escucharé el sonido del mar que tu voz eclipsó una vez, sentiré el aire que tu pelo me arrebató, saborearé labios con otra miel, recorreré con mis manos otro cuerpo de fría plata, me perderé en otros ojos que me quieran ver… y todo porque me perdiste para siempre…
Porque vivir así, es cómo tenerlo todo y no tener nada, es ser un iluso en la calle de la realidad, es cómo vivir sin aire bajo el mar, es cómo soñar despierto y no querer despertar…

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