Mis pasos en la vida se dejan llevar por los que le gano a la luna. No sabré si son los que llevarán al camino del éxito o el fracaso, sólo sé que son los que me hacen sentir bien.
No sé si eso de creer en lo que siento está bien, ni eso de entregar todo a todos los que rodearon será recompensado. Comprendo que perseguir sueños son quimeras de dementes que se ilusionan con llenar de vida los años que trascurren por inercia.
A veces el miedo a equivocarnos nos lastra de sentir, percibir y fantasear con un futuro, o será culpa de los nuevos filósofos que únicamente se dedican a decir que sólo existe un presente que tenemos que disfrutar sin pensar que lo que ahora es nuestro presente se convertirá en el pasado de un futuro, que sigo pensando que está en manos de soñadores, en manos de gente loca, loca de llenar cada mañana en un camino de felicidad buscando dejar su hueco en la eternidad, loca por reír mientras todos los demás lloran, loca por correr bajo la lluvia sin paraguas, loca por reírse a solas por la calle recordando cualquier segundo, loca por entregar todo sin pedir nada a cambio, exclusivamente una sonrisa.
No importa dónde está el final de camino que se recorre por la vida, ni quién pretenda llegar antes que nadie, simplemente consiste en llegar, sabiendo que al lanzar la mirada atrás un mundo de sonrisas se postre a nuestros pies, y entonces, sólo entonces la eternidad nos sonreirá…si es así…quiero pertenecer a esas personas que están locas y quitarme el cemento que lastra mis pies.
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